3 de marzo de 2011

El bienamado
Dicen que hay un destino irrevocable;
los eruditos con voz grave,
insisten en que “está escrito”,
y que hay una clara línea
marcada en las arrugas de palma de la mano.
Los astros en escrupuloso orden
manipulan nuestras vidas.
¡Afirmo que es mentira! allí no hay nada
El engaño, es ese,
nos venden una soga cortada
que flota a la deriva en el embarcadero,
junto al cual, uno se hipnotiza
trazando surcos en la arenisca

Por fortuna mantenemos la memoria
y por desdicha, también el olvido.
Ese óxido terrible que infecta lo que toca,
El Dante habló del más horrendo sitio
donde el pisar no deja huella alguna..
No ha de ser tu caso
en tanto yo viva.
Tu deslumbrante sonrisa
continuará incendiando el amanecer
con una corbata incandescente..
El período

Hace décadas que está de moda Heráclito
y el tiempo que se escurre
como el sudor caído sobre un turgente corpiño de mujer,
pero no nos hablan de la rara forma en que antes
ayudamos a construir tal artilugio.
Lejos de nosotros
existe un punto en que lo mismo irradia materia
creando azar en medio del azar

Sepan que hay múltiples imponderables
cuando se tuerce el curso de una batalla
perdida de antemano.
Yo me aferro al sólido pasado de las letras amarillentas
que por timidez nunca se publicaron.
Prefiero el pescado que boquea envuelto
en diarios rancios.
Añoro el tintineo de una moneda de cobre
tirada con desprecio
encima de un rígido mostrador de zinc.

Es probable que entienda menos
o ésta no es ésta la época adecuada,
para conseguir descifrar lo inexplicable